Desde hace un tiempo vengo observando que
introducir palabras técnicas, en el lenguaje de cada una de las profesiones de
nuestro amplio espectro laboral, otorga un caché y relevancia a la persona que
las utiliza que no incluirlas en su discurso la sitúa en la era de los
dinosaurios. Pues como yo no espabile, me veo en el cementerio de los
diplodocus.
En mi área de conocimiento, la del empleo
y la orientación profesional, no somos menos. Empleabilidad, flexiseguridad,
competencias, cualificación profesional, acreditación, adaptabilidad, inserción,
visualización, emprendimiento, proactividad, huella digital, marca personal y
no sigo que te aburro. Yo me pregunto si
esta distancia lingüística nos acerca o en realidad nos aleja de la posibilidad
de entender lo que de verdad piensa, siente y hace una persona que busca
activamente empleo y a la que queremos ayudar. En realidad, todas estas
palabras las usamos para hacernos una idea de ti, de tus puntos fuertes, de tus
posibilidades reales en el mercado y con todo ello acercarte a las ofertas para
las que estás preparado, pero no sé si lo logramos conseguir.
En mi trabajo como orientadora, he vivido
situaciones totalmente absurdas, debido a esta costumbre instaurada, de hablar
en clave de morse, sin maldad, pero inconscientemente dejando a la persona, en
una primera toma de contacto, totalmente al margen de su propio protagonismo en
el proceso. "Tiene la demanda en
suspensión, el IPI caducado por inserción en su día, pero ahora quiere
participar en una BAE". Imaginaos la cara de la señora, se transforma
y nos pregunta: "¿He hecho algo
mal?". En realidad, está desempleada, aunque trabajó con contrato
anteriormente, actualmente busca empleo y quiere participar en uno de nuestros
talleres. Claro, después de esto, a la señora le explicas ¡que al contrario!
que ella lo está́ haciendo todo bien, qué digo, -¡muy bien!- porque ha venido
por iniciativa propia, con ganas de participar en actividades para encontrar
empleo en compañía, la búsqueda de
empleo es más enriquecedora y motivadora y, además, confiando en nosotras
como profesionales para apoyarla en su tarea.
Cuando
hablamos de diseñar un itinerario, realmente de lo que hablamos es de
construir un camino que te lleve a tu meta. ¿Cómo? Guiándote en
las tomas de decisiones que vas a ir encontrando en esta ruta hasta llegar a
hacer lo que quieres, es decir, lo que has marcado como tu objetivo. A veces,
es un pequeño paso: decides empezar a mover tu CV en las redes, te apuntas a
esa academia de idiomas para mejorar el inglés, estudias la oferta de cursos
de informática, cualquier pequeño paso, por imperceptible que sea, te
llevará a estar más cerca del empleo.
Es cierto que
las palabras técnicas, a veces, son necesarias, pero en algunos casos, nos
dicen una cosa cuando queremos decir otra. ¿Por qué decimos que los jóvenes son muy aventureros si lo que
queremos decir es que no tienen más remedio que buscar nuevas oportunidades en
otros países porque en el suyo escasean? Independientemente de que, una vez
allí, adquieran experiencia, mejoren en el aprendizaje del idioma, conozcan
nuevos lugares, amplíen sus horizontes personales. ¿Por qué́ decimos medidas de fomento del empleo, cuando queremos decir
medidas de reducción de las drásticas cifras de paro? Yo creo, además,
que sería una buena manera de admitir que tenemos un grave problema. ¿Por qué no decimos que la edad es una
dificultad en este país en lugar de clasificar a las personas por menores de
30 y mayores de 45 años? -y dejar en el limbo a los de 30 y 45 a los que
se les presupone trabajando y no sé muy bien por qué́-. Puedo entender que
desde Europa se marquen unas directrices y objetivos prioritarios hacia los
cuales deben enfocarse todos los esfuerzos, pero me gustaría que alguna de las
personas que tiene más de 30 años dijera como se siente a los que marcan esas
directivas. ¿Por qué hablamos de
emprendimiento cuando lo que de verdad queremos es introducir la cultura
empresarial, con calzador, en personas que no han sido educadas en esos valores
desde la escuela? Es entonces cuando nos dicen una cosa y en realidad
estamos hablando de otras.
Pero generalizar es un error y no seré
yo la que caiga. De modo que también te
voy a contar que hay personas claras. Que siempre te dirán la verdad, que
serán coherentes entre lo que dicen y hacen, que tratarán de adaptar su
lenguaje a la hora de comunicar, que no verán en su edad límite alguno a la
profesionalidad, que llevan como un motor interior del que sacan energía
positiva a raudales. Son personas que se
construyen desde dentro hacia fuera, a las que sigues sin pensar, con un
liderazgo íntegro que empieza por ellas mismas. Estoy segura de que conoces a más
de una, te pegas a ellas irremisiblemente, porque siempre tienes algo que
aprender, porque lo podemos decir claro !nos
motivan¡
@mariaj_munoz | Publicado en la Ruta del Empleo el 7 de Marzo de 2013
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