sábado, 4 de enero de 2014

Lo personal del Empleo

Post publicado en La Nueva Ruta del Empleo, el 31 de Diciembre de 2013

Me doy cuenta de que en las experiencias profesionales que he tenido la suerte de vivir, lo que siempre he guardado, es la imagen de personas. De las buenas personas, de las que hacen, han hecho y harán que tu paso por las distintas etapas de la vida laboral sean imborrables. Esas personas quizá estaban allí por casualidad o puede que tu las eligieras. Y mientras la economía y el mercado laboral siguen su curso, las personas quedan, moviendo el mundo y el empleo. En este año que dejamos atrás he contado con muy buenas personas a mi lado y he incorporado otras tantas a mi valiosa mochila, ahora que el 2013 toca fin, quiero expresarles mi agradecimiento, desde lo personal del empleo.

Personas de las que he aprendido por observación, imitación, entendimiento y emoción. Todo lo que haces influye en alguien y a la inversa. Creemos que somos seres individuales, pero no, somos seres relacionales. Cuando nuestras acciones se realizan desde las emociones, éstas dejan una impronta difícil de olvidar. No es lo que haces, es cómo y para         qué lo haces. El impacto que las nuevas redes sociales y profesionales han demostrado tener en nuestras vidas, no están sólo motivadas por la necesidad de estar al día en novedades y teorías de nuestro sector, sino por un más hondo sentimiento humano, la necesidad de no estar solos. La vida mucho mejor en compañía, el empleo también.

En un mundo globalizado, donde las barreras de comunicación han quedado eliminadas, las personas parece que necesiten hablar más que nunca. Y lo hacen como siempre, de persona a persona, y son estás las que nos animan a continuar en nuestros procesos de búsqueda de empleo, y alientan a llegar con éxito a la meta planteada, buscando nuestro valor; y lo hacen sin discurso, retórica o demagogia política, sólo con el ejemplo. Son estás las que se encuentran detrás de las empresas, administraciones y proyectos en las que podríamos estar o en la que quizá estés tú. Preocupado y empeñado porque otro mundo mejor es posible.

Y son curiosas las sencillas reglas de juego que tienen las relaciones personales: cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da. Nada más simple y más real. En el mundo laboral las reglas de juego son muy similares. Siembra, siembra, siembra, que luego recogerás. En ocasiones, somos presas de un tremendo pesar cuando vemos que estas reglas de juego no se cumplen, o cuando alguien se empeña en querer contradecirlas. Pero no debes rendirte, nada de lo que haces es en vano. Puede, además, que la vida te devuelva ese esfuerzo transformado en algo que nunca llegaste a imaginar, o puede que te transformes a ti mismo.

Será que la madurez y la distancia desde la que miramos al mundo, con los años, nos enseña que la paciencia es una virtud, que la confianza en uno mismo es primordial para ganar la confianza de los demás, que todo esta por aprender, que se te recordará más por lo que dijiste que por lo que nunca te atreviste a decir, que los sentimientos compartidos unen y que la unión hace la fuerza, que la empatía es cosa de emociones y experiencia, que las cosas se consiguen con esfuerzo, y que al final, la mejor recompensa no es sólo económica.

Sigo creyendo en las personas y en lo que recibo de ellas para transformar el mundo. Un mundo personal, al que hoy, antes de terminar el año quiero agradecer. Gracias por escucharme, por leerme, por creer en mi, por ayudarme a crecer, por recordarme que nada debe darse por perdido, por enseñarme, por empujarme a nuevos retos, por seguir en ruta, por abrirme puertas, por dejarme entrar, por las sonrisas y las lágrimas, por el esfuerzo compartido, por el tiempo vivido, por estar ahí, por devolverme tanto. Gracias. !y el año que viene más!

"Cada uno da lo que recibe
Luego recibe lo que da
Nada es más simple
No hay otra norma
Nada se pierde
Todo se transforma" 

Jorge Drexler

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